Había una vez un coatí que tenía tres hijos. Vivían en el monte comiendo
frutas, raíces y huevos de pajaritos.
Al poco tiempo que crecieron su madre los reunió un día y
les dijo: -
Coaticitos: ustedes son bastante
grandes para buscarse la comida solos. Pero no vayan a buscar nidos al campo,
porque es peligroso.
El menor de ellos vio a la distancia el campo y escuchó
el canto de un pájaro y dijo:- ¡Qué huevos tan grandes debe de tener ese pájaro!