lunes, 25 de agosto de 2014

Límites del Uruguay



LÍMITES CON LA REPÚBLICA FEDERATIVA DE BRASIL



Río Cuareim

Arroyo de la Invernada

Cuchilla Negra

Cuchilla de Santa Ana

Arroyo San Luis

Línea divisoria

Arroyo de la Mina

Arroyo Yaguarón Chico

Río Yaguarón

Laguna Merín

Arroyo San Miguel

Línea divisoria

Arroyo Chuy

Océano Atlántico



Es importante destacar que en esta zona limítrofe con Brasil hay dos límites en que ambos países no se han puesto de acuerdo (límites denominados contestados). Ambos son:

·   La Isla Brasilera  en la confluencia del río Cuareim con el Uruguay y que está ocupada por Brasil.

·   Un “triángulo” de territorio comprendido entre los arroyos Maneco y el arroyo de La Invernada.



LÍMITE CON LA REPÚBLICA ARGENTINA



El  Río Uruguay por el oeste.

sábado, 23 de agosto de 2014

OBTENCIÓN DE UNA NUEVA PLANTA



Gajos Herbáceos
 Una de las modalidades más comunes para obtener nuevas plantas es por medio de “esquejes” o “gajos”. Así nos aseguramos una planta idéntica a la planta madre, repitiendo sus características.

 Desde este método pueden lograrse las siguientes especies: alegría del hogar, cretona, geranio, malvón, clavel, etc.


EL URUGUAY A TRAVÉS DE LA CARTOGRAFÍA



EL URUGUAY A TRAVÉS DE LA CARTOGRAFÍA
    Nuestro país está situado al sureste de América del Sur. Su posición  es privilegiada en lo que tiene que ver con su clima y con la salida al mar excepcional que le permite el contacto comercial con el resto del mundo.
    Tiene límites con dos países vecinos: la República Argentina y la República Federativa de Brasil. Los límites pueden ser naturales o artificiales. Entre los primeros encontramos:
·         Límites orográficos: determinados por elevaciones, cuchillas, etc.
·         Límites fluviales y lacustres: lagunas, ríos, arroyos, etc.

Los límites artificiales son los que se establecen a través de acuerdos entre los países limítrofes. Se emplean mojones fronterizos entre Uruguay y Brasil.

    También, es necesario distinguir entre límites y fronteras ya que éstas últimas son espacios  muchos más amplios que se extienden a ambos lados de los límites.
 
 Mojón limítrofe

domingo, 17 de agosto de 2014

EL abuelo de Yon . LEYENDA

Yon era un niño japonés que vivía con su abuelo en la cima de una montaña en medio de los campos de arroz. Desde allí, el pueblecito estaba abajo, entre la montaña y el mar. El abuelo cuidaba de los extensos arrozales del pueblo. 

Un día, en que el viejo guardián miraba al horizonte, vio que una ola grande se elevaba hasta el cielo. Corrió hacia la casa, tomó una rama encendida de la chimenea y gritó: -Yon, Yon, trae otra.

-¡De prisa, Yon, prende fuego a los campos!

El pequeño pensó que el abuelo había perdido la razón, pero obedeció, tiró su antorcha y se encendieron los arrozales.

Desde abajo, los habitantes del pueblo vieron sus campos arder y salieron alarmados dando gritos.
Nadie quedó en el poblado.

Al llegar preguntaron:
-¿Quién ha sido? ¿Por qué lo ha hecho?

El viejo guardián dijo con serenidad:
-He sido yo. Mirad al mar. 

Entonces vieron cómo una ola gigantesca, avanzaba hacia la costa, penetraba en la tierra, y arrasaba con cuanto encontraba a su paso. En pocos minutos el pueblecito desapareció.

El viejo guardián miró satisfecho a todos los habitantes, bien seguros en la cima del monte. ¡Los había salvado con la ayuda del pequeño Yon! 

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jueves, 14 de agosto de 2014

Poema La higuera



Porque es áspera y fea,
porque todas sus ramas son grises,
yo le tengo piedad a la higuera.

En mi quinta hay cien árboles bellos,
ciruelos redondos,
limoneros rectos
y naranjos de brotes lustrosos.

En las primaveras,
todos ellos se cubren de flores
en torno a la higuera.

Y la pobre parece tan triste
con sus gajos torcidos que nunca
de apretados capullos se viste...

Por eso,
cada vez que yo paso a su lado,
digo, procurando
hacer dulce y alegre mi acento:
«Es la higuera el más bello
de los árboles todos del huerto».

Si ella escucha,
si comprende el idioma en que hablo,
¡qué dulzura tan honda hará nido
en su alma sensible de árbol!

Y tal vez, a la noche,
cuando el viento abanique su copa,
embriagada de gozo le cuente:

¡Hoy a mí me dijeron hermosa!





Juana de Ibarbourou